Monday, April 22, 2013

Nunca más una rosa

Aquella noche extraña ni tu mirada tuvo
 
una leve sonrisa, fingida y compasiva
 
yo no pude saltar del bote a la deriva
 
quemado de verdad de las cenizas que hubo.
 
 
Parecía una trampa, o una sala de espera
 
no era tuya la cara tu voz desconocida
 
en mi interior los gritos de la tierra invadida
 
y vos sin hacer nada, como un día cualquiera.
 
 
Aquella noche extraña, lo fui perdiendo todo
 
lo mucho que quedaba, lo poco que tenía,
 
con tanta falsedad me ofreciste tu beso...
 
 
Que dudé en aceptar, pero de cualquier modo
 
lo quise al darme cuenta que jamás volvería,
 
ya perdido en la niebla de tu recuerdo preso.